Te escribo de muy
lejos, desde las costas del Congo
Ante la Isla de
Mbamú;
Es una mota verde
refugiada en medio de las aguas
Con el fin de
evitar su retorno a la Tierra.
La calle no está
lejos: transita como el río
Allá, tras esa
hierba
Que parece más
alta por culpa del risrás de las cigarras.
Van y vienen los
coches y sus ruedas no aplastan los recuerdos.
¡Que pena me das,
tú, tan lejos, recluida en el desierto de cemento
y de acero,
Con los más bellos
sueños de los hombres
Metidos en
mochilas de ladrones!
¡Debes sentir
pavor por los barrios perdidos
Cuando la luna
baja del cenit de la noche!
Qué le vamos a
hacer, la vida no es redonda como la Tierra.
Todos los días se
engancha a alguna espina.
Guardo todos los
rasgos de tu cara en la punta de mi pluma
Y también tus
palabras, geniales:
―Es Harlem una
noche habitada por noches.
A veces, ante mí,
eras el árbol
Que incuba un
genio quieto,
Y después, de
inmediato, la punzada del ritmo
Se asía a tu
tobillo;
Te mudabas
entonces en la sierpe de mar que vuelve al manantial
Llevada por las
contracciones de las olas.
Ardías en mis
brazos, más ardiente
Que el sol de la
estación lluviosa.
He vivido contigo
como el tronco
Que retiene su
rama en tiempos de tormenta…
¡Adiós! La pluma
ya no se ciñe a su línea:
La noche empieza a
hervir en su jarrón de estrellas.
Jean-Baptiste Tati Loutard
Républica del Congo
Républica del Congo
Pointe-Noire, República del Congo , 15 de diciembre de
1938/
París, Francia , 4
de julio de 2009
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