23 enero 2017

Rosa Silverio, Sentirse solo

Sentirse solo no es carecer de compañía.
Es algo mucho más siniestro y delicado.
Es una sensación de pájaro y agua,
entendiendo que el pájaro ha caído mar adentro
y resulta inútil pedir socorro a la bandada.
Es una línea que se resigna a su viaje solitario,
un copo de sombra perdido en la claridad.
Sentirse solo es abrir los brazos y no recibir golpes,
balas, arañazos, o un corazón abierto y vulnerable
dispuesto a sentir tu corazón.
Es una ausencia de barcos, de peces,
un naufragio, una caída, un ala rota,
una piedra que no habla
y le hace creer a todos que no siente,
pero dentro de ella…
ay, dentro de ella el llanto y la espuma,
murciélagos nocturnos,
alma de tigre y espanto,
blancura y cascada,
suave palpitación de la carne,
temblor secreto que estremece su interior.
Porque sentirse solo es más triste que estar solo.
No hay risa o caracol que disfrace esa melancolía oscura,
esa rotura en el pecho, ese vivir de los recuerdos,
de lo que pudo ser, de la pérdida.

…silencio.

Sentirse solo es más triste que una isla.

Rosa Silverio
República Dominicana
Santiago de los Caballeros, 30 de agosto de 1978

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