Toda
mi angustia tuvo la forma de un zapato,
de
un zapatito roto, opaco, desclavado.
El
patio de la escuela... Apenas tercer grado...
Qué
largo fue el recreo, el más largo el año.
Yo
sentía vergüenza de mostrar mi pobreza.
Hubiera
preferido tener rotas las piernas
y
entero mi calzado. Y allí contra una puerta
recostada,
mirando, me invadía el cansancio
de
ver cómo corrían los otros por el patio.
Zapatos
con cordones, zapatos con tirillas,
todos
zapatos sanos. Me sentía en pecado
vencida
y diminuta, mi corazón sangrando...
Si
supieran los hombres cuánto a los diez años
puede
sufrir un niño por no tener zapatos...
Que
anticipo de angustia. Todavía perdura
doliéndome
el pasado. El patio de la escuela
y
aquel recreo largo...
Mi
piecesito trémulo, miedoso, acurrucado.
Mi
infancia entristecida, mi mundo derrumbado.
Un
pájaro sin alas, tendido al pie de un árbol.
La
pobreza no tiene perdón a los diez años.
(Matilde
Kirilovsky de Creimer)
Argentina
24
de febrero de 1912
La
Plata el 13 de setiembre del 2000
No hay comentarios:
Publicar un comentario