El
desconocido que pasa
y
te encuentra todavía digna
de
una fugitiva palabra de deseo,
...acaso
porque en la sombra de la noche tan dulce de mayo
todavía
brillan tus ojos,
todavía
tiene veinte años la ligera figura deslizante,
no
sabe que fuiste
amada
por aquel que amaste,
amada
en plena y soberbia
delicia
de amor,
y
en ti no hay mínimo rincón de la carne
o
átomo del alma
que
no tenga una marca de amor.
No
sabe que viviste solo
para
amar a aquel que te amaba,
y
ni aunque quisieras
podrían
arrancar de ti
esa
vestidura por el amor tejida.
Él,
ignorante,
en
ti ya no bella, en ti ya no joven,
saluda
la gracia del dios:
respira,
al pasar,
en
ti ya marchita, en ti abandonada,
el
aroma precioso del dios.
Ada
Negri
Italia
Lodi,
3 de febrero de 1870
Milán,
11 de enero de 1945
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