
con la verdad que nace de un corazón pequeño.
Decirte cómo un día yo quise condenarte.
A ti que fuiste sólo la luz para mi sueño.
A ti que fuiste siempre la luz para mi vida,
la luz parada en medio de mi existencia vana,
la luz suave y callada, la luz dulce, esparcida,
valiente en la tristeza, luciente en la mañana.
A ti, blanca presencia del día silencioso,
escala de ternura, licor que yo he bebido.
a ti, prado o colina que esparce su reposo.
A ti a quien tantas veces mi amor ha entristecido.
Decirte, suavizarte, hablarte del rocío,
hablarte de la noche que baja lenta a verte,
cual baja ya tu vida, más dulce al pecho mío,
que quiso un día amarte y vino a deshacerte...
Carlos Bousoño
España
Boal,
1923
Madrid,
24 de octubre de 2015
Y las lágrimas cayendo desde elprimer verso de este poema. No tengo más remedio que repetirme pero esta selección que haces es de una profundidad y de una sensibilidad tan especial. Este poema de Bousoño es sencillamente maravilloso. Felicidades una vez más, querida Trini.
ResponderEliminarUn besazo.
Dulce añoranza con aromas de ternura.
ResponderEliminarA estas horas después de un día de trabajo suavizan y perfuman.
un beso.
Que bonito poema .Me gustó leerlo ademas de recorrer tu blog.SER
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