La tarde está muriendo
como un hogar humilde que se apaga.
Allá, sobre los montes,
quedan algunas brasas.
Y ese árbol roto en el camino blanco
hace llorar de lástima.
¡Dos ramas en el tronco herido, y una
hoja marchita y negra en cada rama!
¿Lloras?... Entre los álamos de oro,
lejos, la sombra del amor te aguarda.
Maestro!!! Abrazos.
ResponderEliminar¿Qué puedo decirte de Machado? Puedo decir que todos hemos bebido de la sabiduria de sus poemas.
ResponderEliminarBesos
Buen poema.
ResponderEliminarBesos mil.