Un día escribiré mis memorias, ¿quién
que se irrespete no lo hace? Y
allí estará todo. Estará el esmalte
de las uñas revuelto
con Pavese y Pavese con las agujas y
una que otra cuenta de mercado. Donde
debieran estar los pensamientos
sublimes pintaré
tus labios a punto de decirme
buenos días todos los días. Donde
haya que anotar lo más importante
recordaré un almuerzo
cualquiera llegando al corazón
de una alcachofa, hoja a hoja.
Y de resto,
llenaré las páginas que me falten
con esa memoria que me espera entre cirios,
muchas flores y descanse en paz.
Colombia
Bogotá, 24 de mayo de 1945
Bogotá, 11 de julio de 2003
Gran poetisa eres, Maria Dolores Carranza, que mezclas tu corazón con el corazón de la alcachofa y dices buenos días a todos los días como si todos los días fueran iguales.
ResponderEliminarBien por ti.