Páginas

12 enero 2014

Javier Salvago, Tedio...

Está detrás de todo, en el fondo de todo, 
     estropeándolo y manchándolo todo con sus 
     torpes manos. 
Como una araña gigante e invisible que al menor 
     descuido te atrapa en su viscosa tela, vive 
     siempre al acecho. 
Si te ve feliz, te pone trampas. 
Si te ve luchar, te sonríe con malicia y te pregunta: 
¿Para qué? 
Aparece en cualquier momento y en cualquier 
     lugar. 
Llega con su mirada vacía, con sus palabras vacías, 
     con su vacía existencia, y trata de seducirte y 
     de convencerte de que nada, absolutamente 
     nada merece la pena. 

Lo grave es que casi siempre lo consigue.

Javier Salvago
España
Paradas, Sevilla, 1950/
Photobucket

9 comentarios:

  1. Que tengas un feliz domingo.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Siempre vuelve. El tedio vive de ca da uno de nosotros.
    Besos del alma
    ¡FELIZ DPMINGO !!

    P / D He puesto unos versos tuyos en mi cuento . Pero tengo tu permiso ¿ recuerdas ?.

    ResponderEliminar
  3. interesante hallazgo (para mí) primera vez que leo algo de este autor (nada sabía de él)

    besos Trini feliz jornada


    ResponderEliminar
  4. Habrá que luchar para que nos se salga con la suya...


    Besicos.

    ResponderEliminar
  5. El poema entraña un estado negativo, que con frecuencia se apodera del espíritu, negándole la posibilidad de ser.
    Bella labor la tuya. TRini, al abrir este blog para la divulgación de la poesía. Mis respetos. Carlos.

    ResponderEliminar
  6. Que ese "casi siempre" se convierta en "nunca". Es difícil, pero...

    Besos

    ResponderEliminar
  7. Sucumbimos a el tedio como muchas veces lo hacemos con la tristeza. Es como si le diéremos poder absoluto pero siempre tenemos un día más para enfrentarlo.
    Gracias por compartirlo, no lo había leído antes.
    Saludos

    ResponderEliminar
  8. Magnífico poeta Salvago. Gracias por traerlo a tu casita.

    HOY COMO AYER
    Cuando una tarde
    se pide al camarero lo de siempre
    una taza de té, porque el alcohol
    nos enseñó los dientes.

    Cuando se vuelve a los recuerdos
    para huir del presente
    -porque la vida
    nos enseñó los dientes-...

    Lo discreto sería no levantarse,
    quedarse en la cama, solo y bien tapado,
    y decirle a la muerte, cuando venga:
    -Llegas con unos años de retraso.

    Javier Salvago


    ResponderEliminar
  9. No sé qué es peor, si el tedio en sí o el temor a que nos alcance.

    Besos

    ResponderEliminar