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13 agosto 2016

Eduardo Langagne, Ella

Ella está hecha a semejanza de las cosas que amo.
Se parece a la noche,
o mejor: a una noche sin ausencias.
Ella es exacta.
Cuando la noche escurre, su cuerpo se humedece.
Me permite trepar por mis temblores
y agitar su nombre desde la oscuridad.
Ella es irrepetible.
Nació en las piedras donde empieza mi desorden.

Eduardo Langagne
México


1 comentario:

  1. Ella se reinventa cada tarde,
    a eso del crepúsculo,
    delante de adelfas y nenúfares,
    jugueteando con lumínicas estelas,
    mientras la noche, enérgica, amenaza.

    Ella se reproduce cada instante,
    a eso del ahora redentor,
    arremolinándose en un auto abrazo,
    ahuyentando a los feroces fantasmas,
    abriendo sendas en la campiña marina.

    Ella es libre a su modo,
    que es el único modo de ser libre.
    Yo la quiero así, indómita e insobornable.
    Sabe que seguiré siempre su senda,
    respirando su imperceptible aroma a sombras.

    Toda mi luz, ella.

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