Ella está hecha a semejanza de las cosas que amo.
Se parece a la noche,
o mejor: a una noche sin ausencias.
Ella es exacta.
Cuando la noche escurre, su cuerpo se humedece.
Me permite trepar por mis temblores
y agitar su nombre desde la oscuridad.
Ella es irrepetible.
Nació en las piedras donde empieza mi desorden.
Eduardo Langagne
México
México

Ella se reinventa cada tarde,
ResponderEliminara eso del crepúsculo,
delante de adelfas y nenúfares,
jugueteando con lumínicas estelas,
mientras la noche, enérgica, amenaza.
Ella se reproduce cada instante,
a eso del ahora redentor,
arremolinándose en un auto abrazo,
ahuyentando a los feroces fantasmas,
abriendo sendas en la campiña marina.
Ella es libre a su modo,
que es el único modo de ser libre.
Yo la quiero así, indómita e insobornable.
Sabe que seguiré siempre su senda,
respirando su imperceptible aroma a sombras.
Toda mi luz, ella.