¡Cuántos ríos en
mi vida me han mostrado su curso,
Sinuoso o
torrencial, color de plomo o transparente!
Senegal, Nilo,
Sena, Ganges, Tíber y Volga,
Y el Congo, al
discurrir por mis pestañas
Como en su lecho
diario.
Y luego se allegó
la amante inevitable:
La mar, lengua
azul, bajo el paladar del cielo;
Pasa entre las
gaviotas y las algas.
(Árboles
microscópicos de vetustas florestas
Roídas por la sal
y los gorgojos de los siglos.)
He consumido ya
múltiples soles,
Y por ello, en el
agua, mi memoria se vuelca
Muero y revivo
como el mar
En cada soplo que
tendría que exhalar;
En vez de olas,
deseo noctilucas
Para ver si mi
doble entre los hombres
Puede ser refulgente.
Jean-Baptiste Tati Loutard
República del Congo
15 de dicciembre de 1938/
Paris, Francia,4 de julio de 2009
República del Congo
15 de dicciembre de 1938/
Paris, Francia,4 de julio de 2009
noctiluca
ResponderEliminarDel lat. noctilūca 'la que luce de noche'.
1. f. luciérnaga.
2. f. Zool. Protozoo flagelado, marino, de cuerpo voluminoso y esférico y con un solo flagelo, cuyo citoplasma contiene numerosas gotitas de grasa que al oxidarse producen fosforescencia. A la presencia de este flagelado se debe frecuentemente la luminosidad que se observa en las aguas del mar durante la noche.
Profundas tus letras Trini.
ResponderEliminarY sí abandonados a las corrientes de emociones de la vida nos encontramos la mayor parte de tiempo, esas corrientes son situaciones que nos roban la paz.
Un abrazo.
Ambar
Ambar, no son mis letras, qué más quisiera yo.
ResponderEliminarSon los versos, el poema de Jean-Baptiste Tati Loutard