Se han puesto a contar las monedas
que cobraron tras el desahucio.
Así es la servidumbre, sin pudores,
pura erosión de aquella algarabía
de unos pocos cuidando de muchos.
Llegaron los mercaderes
y el ladrón presta al prestamista,
y el pordiosero increpa al pobre
de nueva credencial tras el eclipse.
Las monedas. Se van. Vuelven.
Defecan su óxido sobre los peces
y los panes. Incitan al simplísimo
crimen del hambre. Ni dos peras
ni dos manzanas te dan sin ellas.
Peruano-Español
Puerto Maldonado 1962
Estupendo poema en torno al envilecimiento del dinero
ResponderEliminarGracias por este reflejo de la crisis económica de España o de los tiempos bíblicos. Un poema contundente. Felicitaciones.
ResponderEliminarEn pocos versos se decide mucho. Buen poeta.
ResponderEliminarAdmiro a los poetas como Alencart, que dan voz a los más débiles y excluidos. Leo este poema y percibo el daño que ha hecho el capitalismo salvaje al mensaje cristiano de los panes y los peces dados sin pago alguno.
ResponderEliminarFelicitaciones. El poema es una belleza con connotaciones bíblicas.
ResponderEliminarParabéns, amigo.
ResponderEliminarMaravilha!
Abraços.
¡Enhorabuena, una vez más!
ResponderEliminarPoeta APA, mis congratulaciones ! Van videopoemas: www.jorgetarducci.com
ResponderEliminarMuito bom, amigo Alfredo.
ResponderEliminarAgradeço sempre.
¡Enhorabuena, amigo!
ResponderEliminarExiste un mirar y un sentimiento en cada poeta que se manifiesta en palabras y un secreto que solo comprende quien ha padecido la iluminación suprema o visualizado lo indecible. Solo que no hay que torcer lo que se dice, en ello existe la plenitud de lo ya dicho para fortalecer el alma de quienes comprenden la vida en sus misterios sin acusar a nadie. Alencart, es la pasión y la sensibilidad con ello, tras el observar los caminos y el entorno donde se oculta la sierpe, sobrevuela la mariposa y mientras, el canto de algún pájaro.
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