Recostado
en su placer, el día
de
estatuas y rejas enfloradas
nos
dice, amiga, que morimos;
y
como si al azar mordieras
una
manzana, resplandeces
de
dulces dientes y de labios.
Y
las lágrimas que están llenando,
la
carne que muerdes, las rosas
del
polvo que abres y aguirnaldas,
festivamente
se entristecen;
y
se enrosca en torno d tu brazo
la
serpiente roja de estío.
Suena
la lluvia de la noche
cayendo
al azar, como el azúcar
de
una manzana desangrada.
De
estatuas y rejas cenizas
nace
una boca, y nombra el alba.
y
dulce y de sombras resplandeces.
Rubén Bonifaz Nuño
México
Córdoba, México, 12 de
noviembre de 1923
Ciudad de México, 31 de
enero de 2013
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