Cogí tu mano al terminar la noche
y el pulso me dijo
"Apúrate no esperes
que mueren las palabras
más rápido que el día"
Entonces me miraste
¡Cuán azules tus ojos!
Eres una sombra florecida a mi lado
El silencio que amo.
Takis Varvitsiotis
Grecia
Tesalónica, 1916/1 de febrero de 2011
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