Como es sabido entre los pocos
la eternidad es celestial
mas como todo lo celeste
es un infierno sofocante
sus artificios seductores
siempre nos dejan en el borde
y nos quedamos tan eternos
como la cruz del camposanto
la eternidad se parte en cuatro
en seis en ocho en diez en veinte
partículas perecederas
cada nacer es un morir
y cada muerte es más eterna
las religiones la sacuden
con letanías y plegarias
con expiaciones y picotas
pero la muerte sigue muerta
por su total eternidad.
Mario Benedetti
Uruguay
Paso de los Toros 14 de septiembre de 1920/
Montevideo, 17 de mayo de 2009
Eternamente la vida nace y muere, D. Mario.
ResponderEliminarY así seguirá siendo por los siglos de los siglos.