Se
acabó el caminar buscando nombres debajo de los versos,
que
la vida se ríe de nosotros cuando hablamos de hacernos inmortales.
Si
es que no estoy, lo siento, para más defunciones.
La
próxima la mía.
Y
que se deje el viento
de
esparcir este polen de abandono
que
nos hace soñar que siempre queda
la
palabra en la herida.
No
seguiremos más que como polvo.
Y
es que cuando uno muere nada lleva,
tampoco
poesía.
España
Avilés,
1964
Con las manos vacías venimos y vacías nos las llevamos, solo queda lo vivido.
ResponderEliminarPrecioso poema y muy real.
Feliz día
Besos
Hola, Esperanza.
ResponderEliminarDespués de 14 años, me pongo en contacto contigo, a raíz de regalar al novio de mi hija un libro tuyo porque le encanta la poesía. Así que nada mejor que elegir una obra de una mujer y asturiana.
Tú no me recordarás. Yo no te he olvidado.
En el cole de Cangas de Onís, hablando de la sana envidia que me producen las personas capaces de crear historias y más, si son poesía,me propusiste que te dijera un tema sobre el q crear un poema.
Cómo era el final de una dura jornada de trabajo en clase, con los peques, yo te dije que sobre el sofá en el que yo me iba a echar un rato a descansar cuando llegara a casa.
En un momento, escribiste un poema titulado Sofá desangelado (tú ya no lo recordarás).
Lo guardo entre las cosas importantes que atesoro de mí vida.
Me encantaría que te llegara este mensaje de agradecimiento por el momento vivido hace todos esos años, por el poema que me regalaste y los libros salidos de tu mano en años posteriores.
Un abrazo, compañera.
Meca, qué alegría encontrar este comentario. Claro que me acuerdo. Disfruté mucho en Cangas de Onís.
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