Si
tomas entre los dedos
la
palabra amor,
y
la contemplas de derecho a revés,
y
de arriba abajo,
verás
que está hecha de algodón,
de
niebla,
y
de dulzura.
Si
después aprisionas
la
palabra música,
sentirás
entre tus dedos
el
crujir de una frágil
lámina
de arena.
Si
cae entre tus manos
la
palabra jamás,
la
terrible palabra
que
pone punto final a la pasión
y
al destino,
sentirás
que está lleno de infinito,
y
que la serpiente inmóvil de la S
es
un eslabón entre el fuego y la nieve,
entre
el infierno y el cielo,
entre
el amor y la música.
La
palabra jamás con ese al final
no
termina nunca;
rodea
la tierra y salta luego,
perdiéndose
en el océano
de
las estrellas.Gastón Baquero
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