A
mí no se me marchitan los jardines.
No
los tengo.
Ni
tampoco una casa donde los vientos giman.
El
nubarrón más negro no me daña,
pues
rara vez miro ya al cielo.
Ya
no pretendo estrellas áureas.
Me
conformo con una lamparita.
No
me engaña la dicha,
ni
desengaña una espera.
No
me duele el otoño,
a
mí no se me marchitan los jardines.
Mascha
Kaléko
Alemania
Chrzanów,
Polonia, 7 de junio de 1907/
Zúrich,
Suiza, 21 de enero de 1975
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