Afuera hace una
noche plateada y muy clara
¡y yo encogido
cerca de mi fuego mezquino!
La luna está
velando, lo mismo que una madre,
a la encina, al
paraje, al estanque dormido.
Percibo bien que
un gran deseo invade
mi pecho, y yo
quisiera sentirme espabilado
y caminar, bajo la
luna clara,
por trochas donde
brilla el romero escarchado.
Pero me quedo
cerca de mi fuego mezquino.
España
Barcelona, 27 de
noviembre de 1898
Barcelona, 1988
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