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29 abril 2019

Francisco de Asís Fernández: Mis poemas son unas miserables bestezuelas

 Para Orlando Sobalvarro
                                                                                                                      
Mis poemas son unas miserables bestezuelas
que han arruinado mi vida con una cadena perpetua.
Me rompen y no puedo recoger mis pedazos.
Hacen que mi corazón sea un pozo cavado con martillo,
me ponen el viento a mi espalda,
me obsequian  su ojo sangre y el clavel de sus labios
y riman lo que me dan y lo que me quitan.
Mis poemas han hecho que mi corazón no sea confiable ni culpable
y que mi ambición sea más débil que mi esperanza,
que mi razón sea una película velada
que está de acuerdo con no estar de acuerdo;
que demonios imperfectos  derramen sobre mí su sangre falsa
y que busque respuestas y solo encuentre preguntas.
Sin embargo, también por esas miserables bestezuelas
no he amado a nadie que no mereciera ser amada
y han empujado mi mano para lanzarles rosas,  agua de lluvia,
 letras de molde y corcheas estrujadas.
Pero creo que me quitan más de lo que me dan,
porque cuando mi cabeza está bien mi corazón está mal
y cuando mi corazón está bien me convierto en un viejo actor loco que defiende Camelót con una espada de cartón
y  me sale la Virgen en bicicleta
y no duermo ni de día ni de noche haciendo flores de humo
como un adicto a la agonía.
Entonces las miserables bestezuelas
vienen como manchas de tinta de un espíritu agotado
para meterme poemas ásperos en los bolsillos
y encuentro que es fácil mentirme a mí mismo
se me borran las casitas de las estrellas en el cielo. 
 Francisco de Asís Fernández
Nicaragua
Granada, 1945

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