Silenciosa va a dar al lindero del
bosque
una bestia oscura;
en el cerro acaba quedo el viento de la
tarde,
enmudece en su queja el mirlo,
y blandas flautas del otoño
callan entre los juncos.
En una negra nube
navegas ebrio de amapolas
la alberca de la noche,
el cielo de los astros.
Aún resuena la voz de luna de la
hermana
en la noche del alma.
Austria
Salzburgo 3 de febrero de 1887
Cracovia, Polonia, 3 de noviembre de
1914
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