Te esperaría. Yo sería, amado,
la primera en llegar hasta la vía,
y la última en volver, con un paraguas,
de la estación del tren que te traería.
Iré hasta el mar como la lluvia, a veces,
y pasaré del mar a la otra cita,
en el muelle del puerto, frente al río.
Seré la gris silueta que tirita.
Inmensamente sola como novia
saldré a buscarte y volveré tardía.
Del balcón a la plaza partiré.
Seré una estatua de melancolía.
Y a la hora puntual de nuestras muertes,
si llegara primera a nuestra cita,
te estaré ya aguardando para darte
mi amor en una blanca margarita
Intenso y triste como la vida misma. Muy bonito.
ResponderEliminarUn abrazo Trini.
Qué promesas intensas! de mujer ardiente de sentimientos, ardiente de amor y de vida,de darlo todo por el todo...
ResponderEliminarGran escritora, sin duda, es Delfina.
Gracias, Trini!
Muy bello poema, Delfina, con perfectos endecasílabos.
ResponderEliminarTe felicito.
Un beso
Mariano Shifman
Esto es entrega y lo demás es ruido. Vaya, Delfina me erizó la piel, levantámdome las lágrimas.. las imágenes que utiliza son intensas como las estatuas con un corazón enamorado, del balcón a la plaza, su vía es la del amor, y no hay capitulación, no hay fracaso posible, pues no es el amor de dos, sino de una, más allá de la vida y de la muerte, pues allí seguirá esperando.
ResponderEliminarSimplemente demasiado, esta Delfina...
Besazos, querida Trini. Como siempre conmoviendo, amiga.