si aquí no hay ni puente, ni puerta, ni puerto,
ni andén, ni abrazo, ni lápida.
Qué hacemos en este círculo
de viajes estancados,
en estos zapatos sin ninguna vocación.
Hacia dónde querrá empujarnos el deseo,
cuándo, por qué, para qué.
Dónde están los mapas del sí, del también,
del todavía.
Hacia dónde partiremos
cuando el viento desordene la quietud,
hacia dónde cuando la noche desdibuje
las sombras que nos matan.
Dónde, dónde está la guarida de Dios,
dónde está su palacio
construido con esclavos del infierno.
Nuestros ojos ya no son
los traductores del silencio.
Nuestras lágrimas ya no tienen
más espejo que el pasado.
Una jauría de soledades nos hostiga.
No sabemos por qué, no sabemos cómo,
no sabemos para qué,
pero hasta aquí hemos llegado.
No hay nada más cierto.
No hay nada más.
No hay nada.
No.
Sebastián Olaso
Argentina
Hermoso poema, hermosos versos, y viceversa.
ResponderEliminarEl gran dilema de la existencia con sus preguntas y sus misterios...
ResponderEliminarTodo un laberinto, que la mente no puede resolver, sólo el corazón puede intuir.
Mi abrazo para los dos.
No hay nada más...y es todo lo que hay.
ResponderEliminarBesos