Y canto para
adentro
porque no tengo
afueras...
Me aprieto la
guitarra
y siento la
madera.
Se me llenan de
música
las oscuras
cavernas...
Yo soy yo,
limitado
por carne sorda y
venas.
Si alguna vez
levanto
los ojos de las
cuerdas,
me siento fugitivo
de lo que vale y
cuenta.
Y no me reconozco,
y me doy tanta
pena
que enmudezco y me
duele
la raíz de la
lengua
Por eso cuento y
canto
para adentro las
penas:
Porque me sueno a
hombre
y me duelo de
veras...
Y puedo decir:
Hambres,
en plural; Vida
Perra;
o simplemente
Amor;
y escupir a la
Tierra...
Canciones que me
arranco
de las furiosas
piedras
del montón de la
sangre
que llevo siempre
a cuestas.
Palabras con
sentido,
efectivas
vivencias.
No, Sol, Luna,
Nenúfar
o Arcángel sin
Fronteras.
Me escucho y no me
importa
que los demás
entiendan;
me basta con
sentirme
el alma en la
madera.
Que canto para
adentro,
porque no tengo afueras.
Victoriano Crémer
España
Burgos, 18 de
diciembre de 1906
León, 27 de junio
de 2009
Un poema, que calla y grita el hambre y el dolor de la vida, que endurece al hombre, lo fortalece y lo silencia...Precioso, amiga.
ResponderEliminarGracias por este regalo.
Mi abrazo y mi cariño.