Uno se queda sólo
sin entrar en
detalles.
Uno se queda a
medias en su vaso de vino,
a medias en su
pan. Y cómo puede
no volverse su
embozo tan pesado,
tan gastado en el
hombre, que alguien sepa
poner allí más
verbo
que este que da
comienzo a la altura del pomo,
este que se
interroga
entre la voluntad
y la añoranza.
Uno sale a la
calle para probar sus dados
sobre la vieja manta
de la noche.
Juan Carlos Suñen
España
Madrid, 1956
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