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20 febrero 2018

Victor Jiménez, La tarde se ha vestido de tristeza

La tarde se ha vestido de tristeza
con un sayo de nube sin costura
y esta humilde, plomiza vestidura
la envuelve con su aroma de pobreza.

También su corazón tiene certeza
de esta severa y lóbrega amargura,
cilicio que le ciñe la cintura
sembrando de penumbra su pureza.

Sobre el tálamo rojo del poniente
un viajero de oro, enamorado,
a la tarde dejó de sombra encinta.

La tarde se gangrena lentamente
como la herida en guerra de un soldado.
La tarde va anegándose de tinta.
Victor Jiménez
España
Sevilla, 1957

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