Milan
Kundera dice que la poesía ha muerto.
Debe
tener razón porque ya nadie
(salvo
algunos poetas)
acostumbra
a temblar con las palabras
en
un libro de versos.
Si
me lo hubieran avisado
—aunque
yo soy su deudo más humilde—
habría
concurrido a las exequias
y
dejado una flor en su tumba.
Ahora
estoy triste. Pienso en cuántas veces
ella
me hizo feliz. Y ya no está.
¿Pero
qué hacer si las palabras vienen
por
el aire o se trepan a mis piernas?
¿Si
las palabras vuelven, temblorosas,
bellas,
sensuales, perentorias, mágicas,
y
me reclaman una forma antigua
o
un resplandor herido de futuro?
Tendré
que consultarlo con los pájaros.
Argentina
Buenos
Aires, 8 de Septiembre 1930
1 comentario:
La poesía no morirá nunca...
Un abrazo grandote.
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