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11 agosto 2017

Sebastián Olaso, VII (de Tiranía del desborde)

Me callo cuando la palabra es lo único. La palabra es la moneda que sobrevive al vacío. Golpea con los huesos, en los huesos se corrige, entre los huesos se modela la moneda y su eco de huecos es la imagen del terror. Yo gritaría la palabra para decir que la palabra no es el hueso, no es el hueco, no es el eco. Y ya no sé si en el grito hay fortuna, si en el silencio hay fortuna. Si hay fortuna.

Sebastián Olaso
Argentina
San Nicolás, Buenos Aires, 1968

27 mayo 2017

Sebastián Olaso, El huésped...

El huésped
revolvió entre los secretos
que yo escondía en mis cajas.
Los manchó de ajenidad.
Y después de llevarse
lo que nadie debió ver
me dejó
vacío de misterios.
Desnudo.
Delatado.

Sebastián Olaso
Argentina
San Nicolás, Buenos Aires, 1968

23 marzo 2017

Sebastián Olaso, XXVIII

Barrerás tu vereda.
Adheridos a las hojas se irán
los amigos secos, los traidores,
los ingratos.
Echarás a patadas a los que pudieron,
a los que supieron, a los que se animaron.
Los hermanos sin sangre y las mujeres sin huesos
se perderán en el polvo.
Te perderás el polvo.
Tanto vacío detrás de tanta basura.
Los escombros de un hombre
caben en la nada.

Sebastián Olaso
Argentina
San Nicolás, Buenos Aires, 1968
de Tiranía del desborde
 

09 febrero 2017

Contra Dios y marea (Poema VII)

Adónde, entonces, adónde hemos llegado,
si aquí no hay ni puente, ni puerta, ni puerto,
ni andén, ni abrazo, ni lápida.
Qué hacemos en este círculo
de viajes estancados,
en estos zapatos sin ninguna vocación.
Hacia dónde querrá empujarnos el deseo,
cuándo, por qué, para qué.
Dónde están los mapas del sí, del también,
del todavía.
Hacia dónde partiremos
cuando el viento desordene la quietud,
hacia dónde cuando la noche desdibuje
las sombras que nos matan.
Dónde, dónde está la guarida de Dios,
dónde está su palacio
construido con esclavos del infierno.
Nuestros ojos ya no son
los traductores del silencio.
Nuestras lágrimas ya no tienen
más espejo que el pasado.
Una jauría de soledades nos hostiga.
No sabemos por qué, no sabemos cómo,
no sabemos para qué,
pero hasta aquí hemos llegado.
No hay nada más cierto.
No hay nada más.
No hay nada.
No.

Sebastián Olaso
Argentina
San Nicolás, Buenos Aires, 1968