Mostrando entradas con la etiqueta José Lezama Lima. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta José Lezama Lima. Mostrar todas las entradas

20 agosto 2018

José Lezama Lima, Doble noche II

II

Entré en el cuarto,
no me decidí a encender la luz.
Estaba un hombre sentado en un taburete,
su espalda toda frente a mis ojos.
No lo sentí como extraño
ni alteraba la colocación de los muebles
ni el botón de la luz.
Como en una explicación casi inaudible
dije: Uno.
El otro, con su cuerpo inmovilizado,
moviendo sus labios con sílabas muy lentas,
me respondió: el cuerpo.
Temeroso, con gran culpa.
El otro seguía en su taburete,
comenzó entonces como un debate ciceroniano
en el senado romano,
golpeando las almohadas con los puños.
El gato absorto y lentísimo
comenzó de nuevo a esconder la noche.
José Lezama Lima
Cuba
La Habana, 19 de diciembre de 1910/
La Habana, 9 de agosto de 1976

28 marzo 2018

José Lezama Lima: Doble noche I

La noche no logra terminar,
malhumorada permanece,
adormeciendo a los gatos y a las hojas.
Estar aprisionada entre dos globos de luces
y mantener, como una cabellera
que se esparce infinitamente,
el oscuro capote de su misterio.
La noche nos agarra un pie,
nos clava en un árbol,
cuando abrimos los ojos
ya no podemos ver al gato dormido.
El gato está escarbando la tierra,
ha fabricado un agujero húmedo.
Lo acariciamos con rapidez
pero ha tenido tiempo para tapar
el agujero. Hace trampa
y esconde de nuevo a la noche.
José Lezama Lima
Cuba
La Habana, 19 de diciembre de 1910/
La Habana, 9 de agosto de 1976

25 julio 2017

José Lezama Lima, La mujer de la casa

Hervías la leche
y seguías las aromosas costumbres del café.
Recorrías la casa
con una medida sin desperdicios.
Cada minucia un sacramento,
como una ofrenda al peso de la noche.
Todas tus horas están justificadas
al pasar del comedor a la sala,
donde están los retratos
que gustan de tus comentarios.
Fijas la ley de todos los días
y el ave dominical se entreabre
con los colores del fuego
y las espumas del puchero.
Cuando se rompe un vaso,
es tu risa la que tintinea.
El centro de la casa
vuela como el punto en la línea.
En tus pesadillas
llueve interminablemente
sobre la colección de matas
enanas y el flamboyán subterráneo.
Si te atolondraras,
el firmamento roto
en lanzas de mármol,
se echaría sobre nosotros.
 José Lezama Lima
Cuba
La Habana, 19 de diciembre de 1910/
La Habana, 9 de agosto de 1976