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15 mayo 2019

Erich Fried: La calma

La calma es un piar
de pájaros que no están
La calma es pleamar y bajamar
del mar seco

La calma es el brillar
de mis ojos en lo oscuro
La calma es el tamborileo
de los bailarines en mi oído

La calma es el color
a humo y a niebla
en las ruinas
en una mañana de invierno en la guerra

La calma es lo que
estaba entre Nan y yo
junto a su ataúd
la calma no es lo que es

La calma es el eco
de las charlas y de las promesas
La calma es
el sedimento de todas las palabras

La calma es lo
que queda de los gritos
La calma es la calma
La calma es mi futuro
 Erich Fried
Austria
Viena, 6 de mayo de 1921
Baden-Baden, Alemania, 22 de noviembre de 1988


Traducción de José Luis Reina Palazón

04 mayo 2019

Georg Trakl: Crepúsculo en el alma

Silenciosa va a dar al lindero del bosque
una bestia oscura;
en el cerro acaba quedo el viento de la tarde,

enmudece en su queja el mirlo,
y blandas flautas del otoño
callan entre los juncos.

En una negra nube
navegas ebrio de amapolas
la alberca de la noche,

el cielo de los astros.
Aún resuena la voz de luna de la hermana
en la noche del alma.
 Georg Trakl
Austria
Salzburgo 3 de febrero de 1887
Cracovia, Polonia, 3 de noviembre de 1914

04 junio 2018

Georg Trakl: Ocaso espiritual

La calma encuentra al borde del bosque
un oscuro animal de caza.
Al pie de la colina acaba silencioso el viento de la tarde,

enmudece la queja del mirlo
y la flautas dulces del otoño
se callan en sus tubos.

En una nube negra
transitas, ebrio de adormideras,
el estanque nocturno,
el cielo de estrellas.
Se oye sin cesar la voz lunar hermana
a través de la noche espiritual.
Georg Trakl 
Austria
Salzburgo 3 de febrero de 1887
Cracovia, Polonia, 3 de noviembre de 1914

03 octubre 2016

Ángelica Becker: Tenía un roscón de Reyes

Tenía un roscón de Reyes llamado La Vida,
del que comía a todas horas, buscando el regalo escondido
en su masa tan dulce.
Es bella la vida, decía, mas yo
no la hubiera elegido,
y seguía comiendo
de su roscón de Reyes, que casi despreciaba.
Mas a veces
le quedaba un pedazo pequeño en la mano,
que deshacía
con ávidos dedos: ¿Quién me lo dio? ¿Qué contiene?
Pero tan sólo
veía la dorada superficie de dulces migas sin fondo
misterioso, sin contenido
oscuramente profundo que hubiera podido indicarle
una verdad.
(No quiso
utilizar el microscopio que a mano tenía para tales
experiencias.
Temía las verdades profundas porque son
peligrosas.)
De modo
que seguía comiendo el dulce pan de sus días,
preguntando siempre
a la vida por su regalo,
sin hallarlo jamás entre el fino pastel sabroso.
Ángelica Becker
Austria
Viena, 1959

17 julio 2016

Erich Fried: Como debes ser besado

Cuando te beso,
no es sólo tu boca,
ni tu ombligo,
ni tu regazo lo que yo beso.
También beso tus preguntas,
y tus deseos,
yo beso tus reflexiones,
tu incertidumbre,
y tu valentía,
tu amor por mi,
y la libertad que te ofrezco,
tu pie,
que hasta mi te trajo
y que de mi te alejará,
te beso a ti,
como eres y como serás,
mañana y después,
y cuando los días conmigo queden en el recuerdo.
Erich Fried
Austria
Viena, 6 de mayo de 1921

Baden-Baden, Alemania, 22 de noviembre de 1988