Decir
que no tengo miedo
no
sería cierto.
Tengo
miedo de la enfermedad, de la humillación.
Tengo
mis sueños, como todos,
pero
aprendí a ocultarlos
para
protegerme
de
la consumación: toda felicidad
atrae
la ira de las Parcas.
Son
hermanas, salvajes
al
fin y al cabo no tienen
otra
emoción más que la envidia.
Estados Unidos
Nueva York, Nueva York, 22 de abril de 1943
1 comentario:
El hombre es un lobo para el hombre y la mujer una loba para la mujer que es mucho peor. Si se pudieran robar los dones, te arrancarían los ojos si pudieran.
Pero también se pueden dar sin asustarnos, pues existen las almas generosas.
Un beso Trini, otro para la autora.
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