En los prados soñolientos se ven, vagamente, no sé qué cabras
negras, entre las zarzamoras... Alguien se esconde, tácito, a nuestro
pasar... Sobre el vallado, un almendro inmenso, níveo de flor y de
luna, revuelta la copa con una nube blanca, cobija el camino
asaeteado de estrellas de marzo... Un olor penetrante a naranjas...,
humedad y silencio... La cañada de las Brujas...
—¡Platero, qué... frío!
Platero, no sé si con su miedo o con el mío, trota, entra en el arroyo,
pisa la luna y la hace pedazos. Es como si un enjambre de claras
rosas de cristal se enredara, queriendo retenerlo, a su trote...
Y trota Platero, cuesta arriba, encogida la grupa cual si alguien le
fuese a alcanzar, sintiendo ya la tibieza suave, que parece que nunca
llega, del pueblo que se acerca...
Juan Ramón Jiménez
España
Moguer, Huelva, 24
de diciembre de 1881
San Juan, Puerto
Rico, 29 de mayo de 1958
1 comentario:
Siempre entrañable e inspirador Juan Ramón...
Gracias por este regalo, Trini.
Mi abrazo y feliz finde, amiga.
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