Yo sé que alguna tarde,
-será ya otoño y caerán las hojas,
y vendrán los rebaños,
y habrá un triunfo pálido de nubes-
Yo sé que alguna tarde -te decía-
me sacaré este clavo de tu ausencia.
La lima de los años
me irá puliendo tu recuerdo;
los mordiscos de días con sus luchas
me harán más espaciado hacia tus ojos;
la campana
-la terrible campana del deseo-
me llevará la sangre hasta otra sangre.
¿Y para qué seguir? retornarán las rosas
y no será tu mano quien las corte.
Miraré en otros ojos las estrellas,
cabalgaré rumboso de impaciencia
hacia otra cita con posibles besos
y hasta diré si alguno me reprocha:
"¡Qué quieres!", es la vida
y llegaré a pensar: "Qué inoportuno
venirme ahora con... Qué inoportuno"
Y esto será en otoño
que adormece la pena entre nostalgias;
y caerán las hojas
y se irá entre las hojas tu recuerdo...
Pero no, Soledad, no habrá septiembre
para esta pena mía.
Tú sabes que esta pena
está de pie, bramando como un toro
por los prados, tan suyos, de mi sangre,
y que escribo estas cosas
por escribirlas... ¡Qué se yo!... Por éso,
porque mientras escribo
me parece que estás junto a la mesa
leyéndolas por cima de mi hombro
y que, al mirarte, vas a sonreírme,
y en tu sonrisa se abrirá una lágrima
mientras que juntas toda tu ternura
para decirme: "Bobo, rompe éso "...
España
Arcos de la Frontera, Cádiz, 1922 / 1977
1 comentario:
Importa soñar cuando la ausencia intenta estrangularte.
Altamente poético.
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