Como una limpia
mañana de besos morenos
cuando las plumas
de la aurora comenzaron
a marcar iniciales
en el cielo. Como recta
caída y amanecer
perfecto.
Amada inmensa
como una violeta
de cobalto puro
y la palabra clara
del deseo.
Gota de anís en el
crepúsculo
te amo con aquella
esperanza del suicida poeta
que se meció en el
mar
con la más grande
de las perezas románticas.
Te miro así
como mirarían las
violetas una mañana
ahogada en un
rocío de recuerdos.
Es la primera vez
que un absoluto amor de oro
hace rumbo en mis
venas.
Así lo creo te amo
y un orgullo de
plata me corre por el cuerpo.
Efraín Bartolomé
México
Ocosingo, 15 de
diciembre de 1950
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