Hay millares de
estrellas en la altura
que puedes
alcanzar con la mirada;
mas tú buscas la
estrella que, ignorada,
en espacios
ilímites fulgura.
Hay mujeres de
núbil hermosura
que te cercan en
ronda apasionada;
pero tú buscas la
mujer soñada,
una mujer
pretérita y futura.
Arriba, el cielo
es fúnebre, nublado;
la tierra en rededor
es yermo triste...
y así habrás de
morir abandonado,
con los sueños de
amor que perseguiste:
la imposible mujer
que no has amado
y la estrella
ideal que nunca viste.
Olavo Bilac
Brasil
Río de Janeiro, 16
de diciembre de 1865
Río de Janeiro, 28 de diciembre de 1918
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