Aquí, al volver
el sol, han confluido
mi sangre con tu
sangre de noviembre:
verde seco es
vasija de otro verde
seco que abarca
toda la costumbre
de renacer
-cenizas son
los días
diecinueve y cada noche
en que Saturno
manda en las estrellas-
No hay lugar
para ti y para mí juntos
en esta ciudad
rota en la que somos
tú y yo, no lo
mejor de cada uno
sino tú y yo. No
hay sitio.
Hay
una esquina
que, aunque
lugar de citas imposibles,
es el único punto
que nos queda
para que la
belleza del encuentro
y el dolor
consecuente a la belleza
dignifiquen al
menos nuestra ausencia.
Anibal Núñez
España
Salamanca, 1 de
noviembre de 1944
Salamanca, 1987
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