Una nube se aproximó
y se posó suavemente
sobre un pino.
_¿”Puedo descansar un momento sobre tu
rama?
He estado moviéndome todo el día”
_”Oh, por supuesto” dijo el pino,
pinchando a la nube suavemente.
“No existe dicha sin dolor”
murmuró
la lluvia que caía.
Athena Papadaki
Grecia
Atenas, 1945
Traductor:Rafael Patiño
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