A veces recuerdo
la tibieza de aquellos días,
la gracia de aquel
cuerpo dormido,
la blancura del
lecho en un rincón del cuarto,
el libro
abandonado, entreabierto,
la lámpara sumisa,
la ventana,
el sonido lejano
de la lluvia,
los lentos rumores
de la noche.
y pienso entonces
que fue hermosa la vida,
y acaricio en mi
pecho las heridas del tiempo.
España
Murcia, 24 de
junio de 1948
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