Así
querría yo mi último poema.
Que
fuese tierno diciendo las cosas más simples
y
menos intencionadas,
que
fuese ardiente como un sollozo sin lágrimas,
que
tuviese la belleza de las flores casi sin perfume,
la
pureza de la llama en que se consumen
los
diamantes más límpidos,
la
pasión de los suicidas que se matan sin explicaciones.
Manuel
Bandeira
Brasil
Recife,
Pernambuco, 19 de abril de 1886/
Río
de Janeiro, 13 de octubre de 1968
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