31 marzo 2019

Gabriel Jiménez Emán: A la luna


En el trayecto nocturno de regreso
miré al cielo y vi la luna. ¡Qué luna!
Largo rato estuve viendo su cara plateada,
sus ojos esfumados, su nariz y su boca
que siempre suspira desde allá, tan lejos,
y sonríe, para que seamos felices.
Qué sería de la noche y de nosotros
sin su luz: unos seres solos, amargos,
sin ese disco que nos acompaña, nos entibia la piel
antes y después de nacer y morir.
No concibo nada sin su presencia,
nada de lo que hacemos puede alcanzarla
ninguna palabra tocarla,
nada de versos, señores poetas de la noche,
nada de este ejercicio cojitranco del verbo,
ella está arriba suspendida, flotando, planeando
sola y muda para nosotros: sólo hay que verla
como uña, hoz, pelota, bola dulce con sus livianos cráteres,
sus valles llenos de nervios secos
y su aire sin peso que nos deja instalados
en el viejo silencio de los tiempos. 

Gabriel Jiménez Emám
Venezuela
Caracas, 21 de junio de 1950

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