Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestás tu mano en esta noche
de fìn de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.
Julio Cortázar
Argentina
Ixelles, Bélgica, 26
de agosto de 1914
París, Francia,12 de febrero de 1984
3 comentarios:
Leí este poema hace muchos años y lo tenia perdido en los caminos de la memoria. Gracias por haberlo encontrado. Abrazos.
Los pequeños (y grandes) detalles del ser amado lo son todo.
Así es el amor, este "invento" que podría cambiar el mundo si nos sometemos él...
Precioso poema.
Gracias,Trini.
ABRAZOS GRANDES.
No pido mucho, grande Cortázar
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