13 enero 2012

El Segundo Advenimiento, William Butler Yeats

Girando y girando en el circulo creciente
el halcón no puede oír al halconero;
todo se deshace; el centro no puede sostenerse,
suelta va por el mundo la pura anarquía.
Suelta va la marea turbia de sangre, y por doquier
se ahoga la ceremonia de la inocencia;
los mejores carecen de toda convicción, mientras los peores
están llenos de apasionada intensidad.
Sin duda se aproxima alguna revelación,
sin duda se aproxima el Segundo Advenimiento.
¡El Segundo Advenimiento! Apenas pronunciadas esas palabras
cuando una vasta imagen  sacada del "Spiritus Mundi"
enturbia mi vista: en algún lugar entre arenas del desierto
una forma con cuerpo de león y cabeza humana,
una mirada vacía y despiadada como el sol,
Mueve sus lentos muslos, mientras en su entorno
vacilan las sombras indignadas de las aves del desierto.
La oscuridad cae de nuevo; pero ahora sé
que veinte siglos de pétreo sueño
fueron vejados hasta la pesadilla por una cuna al mecerse,
¿Y qué ruda bestia, su hora al fin llegada,
marcha encorvada para nacer en Belén?
William Butler Yeats
Irlanda
Sandymount, Irlanda,13 de junio de 1865
Menton, Francia, 28 de enero de 1939

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