06 diciembre 2009

César Pavese, El paraíso sobre los tejados


Será un día tranquilo, de luz fría
como el sol que nace o muere, y el cristal
cerrará el aire sucio fuera del cielo.

Se nos despierta una mañana, una vez para siempre,
en la tibieza del último sueño: la sombra
será como la tibieza. Llenará la estancia,
por la gran ventana, un cielo más grande.
Desde la escalera, subida una vez para siempre,
no llegarán voces, ni rostros muertos.

No será necesario dejar el lecho.
Sólo el alba entrará en la estancia vacía.
Bastará la ventana para vestir cada cosa
con una tranquila claridad, casi una luz.
Se posará una sombra descarnada sobre el rostro sumergido.

Será los recuerdos como grumos de sombra
aplastados como las viejas brasas
en el camino. El recuerdo será la llama
que todavía ayer mordía en los ojos apagados.
Cesare Pavese
Italia
Santo Stefano Belbo, 9 de septiembre de 1908/
Turin, 27 de agosto de 1950

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos Trini. Besos.
anamorgana
P.D. Me gusta el poema, pero...

elena clásica dijo...

Este Cesare Pavese nuestro y del alma, cuánto debió sufrir, cuánto le tuvo que doler la vida durante cada amanecer y cada anochecer.
El pensamiento en ese nuevo día desde el tormento de su decisión tuvo que inundarle hasta una poesía tan hermosa como ésta.
Qué grande era y sigue siendo.
Besazos.

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Pavese siempre estuvo besando la muerte, su pensamiento oscuro y lúgubre ahora nos inunda con poéticos momentos llenos de irremediable tristeza y agonía no sin marcar nuestra alma y congelarnos a la par que él.

Me gusta mucho.

Un abrazo.

Chesana dijo...

Es lo primero que leo de este hombre y la sensación es de desesperanza y una tremenda soledad inquieta.

Para desasosegar.

Abrazo fuerte.

Ana dijo...

Melancolía, dolor en el recuerdo y poca esperanza en el futuro.
Tiempo para curar en silencio sin fustigarse con las heridas del pasado y disfrutando el presente para seguir avanzando.

Tiempo de aprender a ser feliz.

Un beso Trini.

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Un pavese peofundo y oscuro. Este poema, en particular, te deja un hálito frío y azulado.

La tristeza que acompaña la llegada del fin, sin nada más.

Un beso.

S.

@Intimä dijo...

Preciosa poesía, no la conocía Trini gracias por compartirla.
He descubierto este otro rincón por casualidad, :-) me alegro de hallarte en otro rincón.
Un besito :-)

Anónimo dijo...

Un excelente poema y con un buen cierre. Gracias por compartirlo.

Saludos.

MAR dijo...

N O S T A L G I A S.
Bello poema.
Cariños para ti.
mar

FRANK RUFFINO dijo...

De este poeta italiano también es magnífico su poeama: "Vendrá la muerte y tendrá tus ojos"...

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
-esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo-. Tus ojos
serán una vana palabra,
un grito acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola sobre ti misma te inclinas
en el espejo. Oh querida esperanza,
también ese día sabremos nosotros
que eres la vida y eres la nada.