Cuando me duele algo
de lo que a veces duele a nuestro cuerpo
solo me duele la mitad que es mía:
Mi medio corazón, mi media alma.
(Solo tengo mitades porque la otra mitad es toda tuya)
Vivo mi media vida y duermo medio sueño
y quiero la mitad de lo que puedo
y sin embargo quiero el doble
de lo que tú me amas o imaginas.
Sufro mis medias noches solitarias,
hundo medio dolor en la almohada
y muero la mitad de lo que mueren todos.
Mi risa se fracciona en dos mitades
y mi felicidad dura tan poco
como la media luna en madrugada.
Todo lo sufro a medias
y disfruto mi mitad sin acomodo.
Me ajusto a la mitad de los relojes
y duermo la mitad del sueño cada noche.
El resto lo sueñas tú o te lo inventas.
Tu eres mi otra mitad,
la mitad de mi vida y casi toda mi muerte y mi cansancio.
Tengo que asegurarme cada día de que no seas mi todo
para que no me duela todo,
todo el tiempo.
María Dolores Almeyda
3 comentarios:
Mitades que, a veces, se pierden. Hermoso poema. Abrazos.
Un poema entero y verdadero. Que no te deja a medias.
Muy bien elegido, Trini.
Muy bien escrito, Lola.
Un abrazo (entero) para cada una
Este poema se lee entero, la mitad sabría a poco.
Sensacional Mª Dolores, como siempre.
Enhorabuena por tan sabia elección.
Besos
Publicar un comentario