Defender la
alegría como una trinchera
defenderla del
escándalo y la rutina
de la miseria y
los miserables
de las ausencias
transitorias
y las definitivas
defender la
alegría como un principio
defenderla del
pasmo y las pesadillas
de los neutrales y
de los neutrones
de las dulces
infamias
y los graves
diagnósticos
defender la
alegría como una bandera
defenderla del
rayo y la melancolía
de los ingenuos y
de los canallas
de la retórica y
los paros cardiacos
de las endemias y
las academias
defender la
alegría como un destino
defenderla del
fuego y de los bomberos
de los suicidas y
los homicidas
de las vacaciones
y del agobio
de la obligación
de estar alegres
defender la
alegría como una certeza
defenderla del
óxido y la roña
de la famosa
pátina del tiempo
del relente y del
oportunismo
de los proxenetas
de la risa
defender la
alegría como un derecho
defenderla de dios
y del invierno
de las mayúsculas
y de la muerte
de los apellidos y
las lástimas
del azar
y también de la alegría.
Mario Benedetti
Uruguay
Paso de los Toros 14 de septiembre de 1920/
Montevideo, 17 de mayo de 2009
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