14 noviembre 2016

Ángel Crespo, La noche

Cuando Dios vaga por la noche
y los tejados pierden formas,
en la tierra las casas se hunden en cierto modo
porque Dios pesa más que un puñado de aire.
También hay chimeneas que ya no se ven
y tejas que se rompen sin saber cómo
y una campana que, aunque nadie toca,
parece que sonase o que soñara.

Se oye un viento confuso
con palabras que nadie sabría descifrar
porque las dice Dios mientras hace la noche.

Y como es él quien está cantando,
fluye su túnica por las aceras
y su aliento a los árboles sacude.
Y, al abrir el balcón,
nos estremecemos de repente
porque casi parece que le hemos visto. 

Ángel Crespo
España
Alcolea de Calatrava , Ciudad Real, 18 de julio de 1926/
Barcelona, 12 de diciembre de 1995

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