26 diciembre 2016

Daisy Zamora, Celebración del cuerpo

Amo este cuerpo mío que ha vivido la vida,

su contorno de ánfora, su suavidad de agua,
el borbotón de cabellos que corona mi cráneo,
la copa de cristal del rostro, su delicada base
que asciende pulcra desde hombros y clavículas.
Amo mi espalda pringada de luceros apagados,

mis colinas translúcidas, manantiales del pecho
que dan el primer sustento de la especie.
Salientes del costillar, móvil cintura,
vasija colmada y tibia de mi vientre.
Amo la curva lunar de mis caderas

modeladas por alternas gestaciones,
la vasta redondez de ola de mis glúteos
y mis piernas y pies, cimiento y sostén del templo.
Amo el puñado de pétalos oscuros, el oculto vellón

que guarda el misterioso umbral del paraíso,
la húmeda oquedad donde la sangre fluye
y brota el agua viva.
Este cuerpo mío doliente que se enferma,

que supura, que tose, que transpira,
secreta humores y heces y saliva,
y se fatiga, se agota, se marchita.

Cuerpo vivo, eslabón que asegura

la cadena infinita de cuerpos sucesivos.
Amo este cuerpo hecho con el lodo más puro:
semilla, raíz, savia, flor y fruto.

Daisy Zamora
Nicaragua
Managua, 20 de junio de 1950/

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