Qué difícil me
resulta una palabra
para los
degenerados
que no saben
distinguir un sueño
de las duras ramas
del peral.
Qué difícil me
resulta una palabra
en esta carretera
polvorienta
más hostil a mi
calzado
que el sol a la
nieve
y el agua al
desierto.
Qué difícil me
resulta una palabra
a mi padre y mi
madre,
qué difícil me
resulta una palabra
a todos los que me
ven, envejeciendo
en un otoño
acuchillado.
Qué difícil me
resulta una palabra
en estos días que
son desmemoriados.
Qué difícil me
resulta una palabra.
Austria
Heerlen, Países
Bajos, 9 de febrero de 1931
Gmunden, 12 de febrero
de 1989
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