Craiova es hoy
apenas una sombra
de la sombra de los cuerpos
de los hombres
que en vano aceleraban cada paso
y se mecían en las calles
inclinadas hacia un lado
por el viento.
Mirar hacia Craiova
ayer me fue más fácil.
Fue una sola imagen
inflexible
contraída por el frío
una multitud de ojos
y la ausencia absoluta de las voces
que a esa hora
en alguna época del año
son ahogadas por las luces
que atraviesan la ciudad
siempre anticipadas al invierno.
Ahora recuerdo:
entonces Craiova emigra con las aves
se eleva y cruje cada vieja casa.
Tallulah Flores
Colombia
Barranquilla, 1957
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