Me
callo cuando la palabra es lo único. La palabra es la moneda que sobrevive al
vacío. Golpea con los huesos, en los huesos se corrige, entre los huesos se
modela la moneda y su eco de huecos es la imagen del terror. Yo gritaría la
palabra para decir que la palabra no es el hueso, no es el hueco, no es el eco.
Y ya no sé si en el grito hay fortuna, si en el silencio hay fortuna. Si hay
fortuna.
Argentina
San
Nicolás, Buenos Aires, 1968
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